Recogiendo la alfombra de los premios Príncipe de Asturias

Juro que no es por aversión a Google, de hecho no tengo nada contra ellos aunque quizás yo sí hubiera preguntado a su Presidente en España por su inhibición con los contenidos pro-anorexia en su plataforma de blogs.

Ahora bien mi reflexión sobre los premios Príncipe de Asturias y Google, es clara. Desde el mismo momento que ponemos en el mismo listón a gente y organizaciones que tienen  objetivos como :

La competición en el deporte demostrando que los valores humanos pueden y deben ser compatibles con estar en lo más alto, caso de Rafa Nadal, La denuncia y la lucha contra una situación como son los secuestros en defensa de los derechos humanos, caso de Ingrid Betancourt. Avances en la potabilización del agua en zonas pobres, caso de Sumio Iijima,Nakamura, Langer y Whiteside. La lucha contra la malaria, la literatura, la unidad de la Europa del Este y el Oeste, o el desarrollo de la música en los niños y jóvenes ,etc. Con algo que es una empresa, cuyo objetivo como cualquier otra empresas maximizar el beneficio, hemos perdido completamente el norte. Y creo que uno debe leer con atención el fallo del jurado sobre Google, y remarco por si no queda claro : “Al poner de forma instantánea y selectiva al alcance de centenares de millones de personas el enorme caudal de información de Internet, Google ha hecho posible, en apenas una década, una gigantesca revolución cultural y ha propiciado el acceso generalizado al conocimiento. De este modo, Google contribuye de manera decisiva al progreso de los pueblos, por encima de fronteras ideológicas, económicas, lingüísticas o raciales.”

Como dice el mismo Google dirigiendose a sus posibles anunciantes ( recuerden que el objetivo de una empresa es maximizar el beneficio), “Cuando los usuarios realizan en Google una búsqueda tecleando una de sus palabras clave, su anuncio puede aparecer junto a los resultados de la búsqueda. Consecuentemente, su publicidad está dirigida únicamente a un público receptivo e interesado en usted”

Selectiva, que gran palabra. Les invito a reflexionar y a contestar esta pregunta : ¿Quien elige, bajo que criterio, con que interés,  y en que instante, el conocimiento que podemos seleccionar? ¿Eso es digno de reconocerse, y equiparable a todo lo demás que se ha premiado? ¿Si no existiera Google y se llamara el buscador Live Search hubiera sido lo mismo? ¿Se puede sobrevivir sin Google? Bueno la última es de regalo, porque es una pregunta retórica.

Definitivamente algunos, quizás todos, hemos perdido el norte. Ahora algunos premios estarán en vitrinas de domicilios e instituciones, otros adornado la repisa de una mesa de un consejo de dirección de una empresa. Y por supuesto, esta es una opinión a la que accederán seguramente a través de Google.

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