Buenas
Esta mañana he hecho una presentación de cómo hemos realizado la implantación de un producto dentro de mi empresa (70 centros de trabajo distribuidos por todo el mundo y más de 30K usuarios) ante otra de las empresas más grandes de este país.
Y después me ha dado por reflexionar sobre gurús, influencia y cosas de ese tipo que vemos en la red. Nada nuevo, pero sí me gustaría explicarles una cosa sobre esta nueva especie que ha surgido y que se dedica a dar charlas, y de paso cobrar unos buenos euritos, sobre temas de la red. Lógicamente no me refiero a los profesionales y tecnólogos que saben del mundo de la tecnología, sino aquellos, y disculpen que no de nombres pero creo que saben ustedes a quienes me refiero, que si los compara uno a los primeros resultan ser lo que Eduard Punset a Belén Esteban.
Por ser breve les diré que si estos personajes tienen algunos puntos en común uno de los más destacados es que venden humo. La venta de humo, ya conocida en estos pagos y en otros desde tiempos inmemoriales, puesto que charlatanes ha habido toda la vida, es una actividad muy lucrativa. El humo, como todo el mundo sabe, no cuesta nada, por tanto, vender humo es no arriesgar nada, y por supuesto todo lo que uno saca es beneficio puro y duro. Sólo vale con encontrar a alguien que diga “¡Oh, qué gran verdad!”, para que si tienes los contactos adecuados y mueves los hilos justos pases a engrosas la nómina de expertos en estas labores.
Les pondré un ejemplo. Muchos ahora se ganan la vida diciendo lo buena que son las redes sociales para las empresas. Lo imprescindible y necesarias para el desarrollo de tu negocio, o de tu carrera personal. Lo malo que es que una empresa los empleados no puedan acceder a Facebook y similares, y los réditos que se obtiene con ello. Nunca estos conferenciantes de lujo habrán realizado un forense sobre un PC por un incidente grave de seguridad causado por una aplicación de un tercero en una red social, cuando el mismo propietario, como en el caso de Facebook, dice que no se responsabiliza de su uso. Nunca se habrán parado, y tampoco creo que lo sepan, a ver las estadísticas de ancho de banda consumidas y traducidas en euros. No se habrán tenido que sentar con un departamento jurídico a negociar un protocolo de actuación ante una posible fuga de información, o un comentario inadecuado sobre una información clasificada, o esas cosas con las que al final cualquier “informático” 1.0 debe convivir en una gran empresa. Nada sobre cómo afecta eso a una línea internacional. Nada sobre que ocurre en empresas con miles de empleados. Nada sobre LOPD. Nada sobre a quién tendrás que reclamar y dónde si la cosa no va bien o hay algún problema. Nada de nada.
Ellos sacarán su Keynote o su ppt. Darán la charla. Pondrán 3 ejemplos (siempre 3, no hay más) sobre esto, y presentarán su factura volviendo por su camino en olor de santidad. Palabra del señor.
Para ellos, su humo, y no crean que me cebo con las redes sociales porque les podría hablar en los mismos términos sobre otros productos “humo”, no les cuesta nada. Hablar es gratis, y todo, como ya he dicho, son ingresos. ¿Qué se juegan ellos realmente con esto? ¿Han invertido en ello? ¿Qué gastos les causa abrir la boca una y otra vez si luego lo que ocurra no irá con ellos?
Afortunadamente en las grandes empresas hay mucha gente que durante muchos años les hemos visto, y sabemos cómo funcionan. Debe ser por eso que no se compra humo. Déjenme que les recuerde que durante los tiempos de la fiebre del oro en el Oeste americano, los únicos que se enriquecieron fueron los vendedores de palas y picos, no los mineros. Como les dije al principio, esto no es un tema nuevo, pero conviene recordarlo
Saludos