Quería hacer una entrada emocionante sobre lo que significa bloguear. De esas que le marquen a uno. Pero no sé cómo.
El intentar contar que uno escribe un blog por que le duelen las cosas, se ha transformado en algo casi rutinario. Así pues lo que iba a escribir sobre los desamores, las lejanías, y los reflejos en el agua lo he tirado. No me vale. Me sonaba a blog de adolescente. Luego pensé que si conseguía trasladar lo que significa para uno el separarse de lo que más quiere cada 15 días, igual llegaba a alguien. Pero como también es cíclico y reiterativo. Demasiado obvio. Lo he tirado a la papelera.
Pensé escribir sobre la desigualdad, los mileuristas, la crisis, la bolsa y las hipotecas. Más de lo mismo, me dije, y pasé del tema.
Luego quise hablar de alguna chica. Eso siempre gusta. Lo de la piel contra la piel, los besos, el ser amable y fiel. Pero tampoco he encontrado a nadie que aun recibiendo eso, al cabo de unos meses lo merezca. No. Definitivamente no era el tema adecuado.
¿Sobre las elecciones en Usa, la guerra de Irak que nunca se acaba? No. Para eso están los informativos. Mejor tampoco.
Luego me encontré moviendo los dedos sobre un teclado, he intentando escribir para distraerme y pensar en algo que fuera realmente importante. Algo que me permitiera decir a quien me lee que tengo cosas que ofrecer, que me siento humano, que me interesa el mundo que me rodea, que me gustan los pimientos, que a veces me siento eufórico, a veces solo, y pocas pero por eso más queridas, contento y pleno. Por lo que veo es imposible. Soy uno más en Internet.
Un contacto de esos de Messenger. Un blog de Spaces. Una puta mierda, por lo que se ve. Pero no importa que no le emocione a nadie, ni le interese lo que cuente.
Yo sé que es verdad, que lo siento así, que creo en lo que digo, que me gusta la puta vida, y oler el pelo de mi hija. Fijarme en algún culo. Las buenas noticias. La cerveza bien fría. Reír y bromear sobre lo que los demás solo susurran. Que me acuerdo de Asturias, de los prados. Que sueño con mis abuelos, y me despierto sonriendo. Que decían que hacia bien el amor. Que solo ponía interés en lo que hacía. Que me dan por culo los tops, los gurús, los mass media y los videos que hacen los partidos políticos para vendernos motos. Que tengo rollo y cuerda para rato.
Por eso miro de reojo mi blog. Ese de Herramientas.
Y muchas veces sonrío, o me preocupo por la mala ortografía. Pero pienso que quizás alguno de los que lo visitan piensa como yo. Y haga lo mismo en su blog. Escribir, llorar, reír, fardar, ligar, enamorar, lamentarse, y mil cosas más. Lo que quiera. Porque ese blog, ese espacio es su trocito de libertad en Internet. Su reino. Su posibilidad.
Me gusta escribir un blog, porque así recuerdo. Sé que días estuve mucho peor, y días que estuve mucho mejor. Que la vida tiene eso. Malas y buenas cosas. Y que en realidad uno bloguea porque refleja en ello lo que le sale de dentro. Lo que no le dejan decir. Lo que no puede contar. O en cambio farolea, fanfarronea, se tira el moco. O simplemente como en mi caso, intenta ser sincero. Tan sincero como lo es en la vida.
Y la gente eso lo ve raro. Tan normal, como raro. Y pasa de largo buscando blogs con purpurina, vídeos, Web 2.0 , teléfonos móviles que se usan para no llamar a nadie, señores encorbatados que hablen mucho, aunque no se les entienda, grandes negocios por venir, que nos hacen sentirnos empresarios como si nos fuera a tocar la lotería. U opinar sobre temas de actualidad, como si realmente importara lo que dijéramos, aunque luego seamos incapaces de abrir la boca para dar los buenos días al vecino de casa, y preguntarle cómo va la vida. Eso para mí no es un blog, porque un blog debe ser verdad. Y debe ser verdad porque hay tan poca en este puto mundo.
Si pocos la leen, o pocos la oyen, dará lo mismo porque será la Verdad, Mi/Tu Verdad. Así con mayúsculas. Lo demás son pajas mentales, ganas de joder al personal y vender motos.
Así veo las cosas. Mientras, agradezco tu visita. Y sean muchas o pocas, me da lo mismo. Lo agradezco igual.
Quería decirlo. Pero es que no me sale una entrada emocionante. Perdona si te he aburrido. Pero un blog hasta puede ser eso.
Aburrido
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Marcelino, yo sé que esta es una de tus entradas más emocionantes. De verdad. Y tal vez tú también lo sepas, pillín. Desde Asturias, un abrazo.
¡Chapeau!
Marce estimado y me gustaría decir amigo, seré breve pero he de decirte que es una de las entradas que desde la perspectiva personal mas llega de las que te he leído a lo largo de estos años, yo se que este magnifico blog es de herramientas y ayudas y en ese aspecto no tiene parangón con ningún otro, pero en lo personal si pretendías publicar una entrada emocional en verdad que lo has conseguido con buenísima nota y, no es peloteo tu creo que me conoces y si me manifiesto en uno u otro sentido lo hare mejor o peor pero no tengo la necesidad de dorar la píldora a nadie, te felicito, un saludo…… Alexis
¿Una entrada aburrida?…¡¡¡Pero si has hablado de culos!!!…jajaja
Amigo Marcelino, maestro e iniciador del que esto escribe en la blogocosa, decir el porqué le gusta a uno bloguear es algo ya tan manido que es dificil sobresalir en este tipo de entradas. Solo la escritura errática que has practicado hace que su lectura sea interesante.
A mi también me gusta bloguear para opinar. Me gusta decir lo que creo que es la verdad y luego debatir con la gente sobre si mi punto de vista es bueno o malo. He tenido la oportunidad de encontrar algunos bloguers con los que las conversaciones han pasado de los comentarios a las entreadas y eso ha sido muy satisfactorio para mi.
Aprender a respetar las otras opiniones ha sido una de las lecciones que me ha ofrecido el blog. La otra ha sido que si la mujer te espera para cenar hay que dejar de escribir…porque el siguiente paso es un cabreo monumental…jejeje
Si tengo este blog en mi lector es simplemente porque me interesa lo que en el se dice, porque siempre encontré sinceridad. Evidentemente que algunas de las cosas que en el se escriben no me interesan, o simplemente no las entiendo, pero de la misma manera encuentro cosas que me enriquecen y me dan otras visiones de la realidad. A mi me divierte asomarme a esta ventana de un tío de Vallecas que, ante todo, es sincero.
Saludos Marcelino !!
Este, es probable, el primer mensaje que dejé en tu blog (aún los conservo, cosas de uno, manías tal vez), ahí va:
«Vamos aprendiendo los unos de los otros, agarrados de manos invisibles convertidas en formidables apoyos.. eres un estupendo ser que sabe acariciar esperanzas hasta convertirlas en realidad, cuántas sonrisas en secreto has desbordado en aquellas tus horas sin saber, casi en solitario, a que lugar le han llegado esos tus desvelos cargados de ilusión. Que Dios y la Virgen te bendigan, muy en especial a tu linda criatura.. fiel reflejo del padre.»
Pocas veces es hermosa la palabra humana al reconocer los méritos ajenos.. gracias por todo el bien que haces !!
Abrazos,
Betsi.