Hoy me he descubierto mirando la cara de mi hermano, que me observaba como extrañado. Después de tantos y tantos días con el semblante serio, preocupado o malhumorado, me ha mirado un poco asombrado. Todo tiene un coste. Lo que aquí, en este blog se cuenta, también. Hay días en los que me parece que todo tiene un tono muy gris pero, en fin, la vida tampoco es así, supongo. Sigo.
¿El motivo por el qué me miraba mi hermano? Yo estaba sonriendo con la mirada un poco perdida en el horizonte. De esas veces que uno ve a alguien sonriendo y uno se pregunta : ¿qué estará pensando este?
Recuerdo cuando Lucia tenía 2 años unas vacaciones en Girona. Llegamos a una cala por la noche y decidimos cenar allí. Nos sentamos a ver el mar en la playa, debía ser las 11 de la noche. Lucia andaba por la arena con un vestido blanco ibicenco. El caso es que la luna se reflejaba en el mar. Una luna grande. Lucia empezó a cruzar la arena y en vez de detenerla la seguía unos pasos detrás. Abrió los brazos y se introdujo en el agua queriendo coger la luna. Hasta la cintura. La levante en mis brazos, los dos en el agua, y nos quedamos mirando el reflejo de la luna y el mar calmo hasta que nos llamaron desde la orilla. Eso se graba en la memoria a fuego.
Permítanme que les cuente esto que les parecerá una cursilería, o una estupidez supina, pero simplemente traer ese recuerdo me hace ver este blog de otra manera. Y por supuesto saber cuál es la razón que le lleva a uno a pelear, enfangarse e implicarse. A pesar de que cueste tantos días de llevar el rostro más serio de lo que sería deseable.
Verán, todavía me sonrió mientras lo escribo.
Lucia y la luna eso es la felicidad. Y no voy a permitir, que en lo que yo pueda, que algún crío o cría no tenga eso.
Saludos
Gracias por compartirlo.
Quédate con lo bueno de la vida, con esos momentos, si se me permite el consejo. Es lo que hace que merezca la pena vivir, ya sabes, que la vida se nos va antes de que contemos diez.
Y enhorabuena por tu lucha.
Un abrazo bien fuerte.
Un saludo y una sonrisa. Me gustaría ser capaz de algo más, pero cada uno somos lo que somos.
Bonito y emotivo recuerdo. No es ninguna cursilería.
Saludos
No hay fotno hay meneo!
Ja ja Marcelino, me gusta el semblante que tienes ahora, me parece estar viéndote, vale la pena seguir adelante, y es mejor sonreír, métele esos sentimientos, este tu otro hijo necesita eso, relax; felicitaciones, escribe un poema corto, si lo adornas con una fotografía le darás vida y color a los buenos sentimientos que otros desconocen, a ver si ese arcoiris es capaz que lo visualizan quienes tanto te menosprecian, critican y vilipendian.
Con valentía, honor y sinceridad, sigue adelante!
Las cosas cambiarán tarde o temprano.
Joshua
Mola. A fuego, si señor. Y ni cursilería, ni merengazo, ni nada de eso. Tira adelante, amigo. Y gracias, por la parte que me toca, muchas más de las que alcanzo a dar y muchas menos de las que te mereces. Seguiremos multiplicando tu voz, un grano es un grano. Uno a uno se forma la playa por la que tantos pies diminutos deben buscar su luna.
pues si, menos teclado y pantalla y mas arena, sol, mar y luna. Que la pantalla y el taclado en realidad no existen. Ni mmadrigal ni borde.