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Todos son Sánchez Dragó

 

Buenas

Me resistía a escribir sobre el asunto de lo que publica Sánchez Dragó en su libro. Tampoco voy a entrar en detalles, ni voy a hacer una defensa de un imbécil como este señor. Pero sí quiero señalarles algunas cuestiones sobre este asunto, porque lo que realmente me tiene asqueado de este tema es que los mismos que callan, y llevan callando meses, sin mover un sólo dedo para evitar que pederastas que publican fotografías de señores follándose bebés y violaciones de críos, sólo apunten a este tema si hay por medio una oportunidad de lanzar un ladrillo a quienes comulgan otras ideas. Esto es un hecho, no una opinión. En la red y los medios ustedes, como yo, llevan viendo, leyendo y oyendo historias de sotanas y niños, y de Dragó, y me parece bien que se haga porque los hechos son así de graves. Lo que no me parece bien es que el baremo no se emplee con las multinacionales en la red, los pederastas que se exhiben impunemente y pedófilos que intentan abusar de críos, y sobre todo, con los políticos y autoridades, de una y otra tendencia porque aquí sí que son todos, y no uno, que lo consienten.

Dicho esto les aclaro que lo verdaderamente escandaloso del tema Dragó es que lo que dijo este señor, y lo he leído detenidamente, no es ningún delito no en Japón, si no en España. Por si nadie se lo ha contado todavía les diré que la edad de consentimiento sexual, es decir, la edad en la que se pueden tener relaciones sexuales consentidas, insisto, consentidas, en España es 13 años. Si Dragó dijera que no hubo dinero por medio, con lo cual hablaríamos de prostitución de menores, o no hubo engaño, no estaría cometiendo ningún delito. Seamos claros, si Sanchez Dragó no contara que la historia asquerosa que ha contado sucedió en Japón, sino en la Gran Vía de Madrid, no habría cometido ningún delito. Ni por hacerlo, ni por contarlo. Legalmente, insisto. Es más, en España, protegemos tan bien a nuestros hijos, y lo digo para que se vayan enterando los que piden que metan a este tipejo en la cárcel por pederasta, que la apología de la pedofilia o la pederastia, como tantas otras cosas que ponen en riesgo a nuestros menores como la anorexia, no es delito. Eso con un código penal recién reformado. No es delito. Y eso posibilita que muchas webs y foros, conocidos por las autoridades y la misma policía, lleven años operando en España, no en Rusia o en Tailandia, contando de puño y letra como se follan niñas de menos de 2 años, no de 13, de 2. Cómo si usted le da por hacer una pintada de 3 metros escribiéndolo en una pared blanca. Lo multarán por ensuciar una pared, no por lo que dijo. Ellos, los pedófilos y pederastas, lo hacen porque si no hay una imagen, o una prueba de que alguien cometió un delito inducido por lo que lee, que en la práctica es imposible, no hay caso. Años operando, insisto, y todos estos que gritan que hay que colgar a Dragó no son capaces de enterarse, ni lo quieren hacer, de cómo son realmente las cosas.

¿Saben quién es el responsable? Pues los tienen ustedes sentados en todos los bancos del congreso, en los despachos de la administración, en las comunidades autónomas, en las redacciones de los medios, y también, como no, detrás de un pc leyendo esto. Muchos de los que ahora señalan con el dedo ahora y  miran para otro lado todo el año. Y lo son y lo somos porque como siempre en esta historia, consentimos y usamos algo tan importante como es la protección de menores como una piedra contra otros en las ocasiones en que podemos sacar un beneficio de ello. Nada más. No nos importa el tema, sólo el daño que se pueda causar.

Mañana el tema Dragó se habrá olvidado, pero ellos seguirán escribiendo que se follan niñas, y usted no le importará. Ni a usted, ni a los medios, que llevan informados meses, con datos, pruebas e imágenes de lo que está sucediendo en la red, y callan.

Ojala el tipejo este hubiera dicho que se las folló conociéndolas en Facebook o Tuenti, igual así arreglaríamos esto de una vez. Pero no, ni para eso sirve el energúmeno. Y por supuesto, para mucho menos, los responsables de proteger a nuestros hijos.

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