Igual va siendo hora de que hagamos algo de autocrítica. Si la mala hierba se extiende por nuestros parques es probable que algo de responsabilidad tengamos sobre este asunto. Me refiero a que si ahora miramos de reojo a las redes porque son utilizadas para adoctrinar y captar terroristas extremistas islámicos, (como tantos otros contenidos nocivos de los que hablo habitualmente), quizás la culpa no es tan solo de Facebook o Twitter. Quizás su indolencia se una a nuestra pasividad. Entretenidos en toneladas de discusiones absurdas, que no reflejan más que esto de las redes va más de ocio que de otra cosa, descuidamos los jardines. He visto muchas más entradas, tweets y cruces de likes por cuestiones de cambios de diseño en una red social que por algo tan grave como son los usos de estas redes para preparar, difundir o cometer crímenes.
Facebook o Twitter nos conocen. Saben que mientras que estemos entretenidos no queremos que la fiesta pare, aunque se acumulen los cacharros sin fregar. No se trata de censurar nada, ni de hacer la red menos libre, ni nada parecido. Se trata de promover lo bueno de estas herramientas con el mismo ímpetu con el que debemos erradicar lo malo. Nada más que eso.
Para ello hay que obligar a que las empresas colaboren, por supuesto. Pero la primera línea de defensa siempre seremos nosotros, los usuarios. O igual es buena idea dejar de frecuentar los sitios donde prolifera la mala hierba hasta que esta esté segada. Igual
Ustedes verán