Cuando alguien dice que una de las características de la blogosfera es su permanente discurso sobre ella misma está confundiéndose.
Los blogs no son entes etéreos y virtuales con vida propia. Recuerda que lo que hay detrás de un blog siempre es una persona. Por tanto el permanente discurso sobre como son los blogs, los blogueros y la blogosfera no es más que una conversación sobre como son, piensan, opinan, odian, aman y se comportan las personas referente a multitud de temas y hechos.
Los blogs por tanto no pueden ser mejor que las personas, puesto que no infieren ningún tipo de superpoder a su propietario "per se". Si uno es estúpido su blog será estúpido, si tiene fobias sobre determinados temas, su blog será una colección de manías, etc. Tanto es así que cuando denuncia la falta de net etiquete y los malos modos de los blogueros no hacen más que retratar la sociedad en la que vivimos.
Si uno analiza el comportamiento de los blogueros con sus blogs y el de la sociedad en la que vivimos se dará cuenta que esta blogosfera es el fiel reflejo de la misma. Pongo unos cuantos ejemplos.
La copia de contenidos haciéndolos propios, sin citar a los autores no es más que la adopción del método más usado, desgraciadamente, en cualquier trabajo de la vida real. Una muestra del poco respeto que tenemos por el trabajo de los demás y el cómo lo usamos para escalar puesto.
La reiteración de temáticas una y otra vez puede ser comparable a como los medios y los políticos inculcan los mensajes que nos lanzan y luego repetimos hasta la saciedad. La repetición de contenidos en el mismo sentido es fruto de esto mismo. Nos dictan las agendas y temas continuamente desde los medios. En los blogs no iba ser diferente.
Los tops y los rankings no son más que la manera de decirnos a quien debemos apuntar nuestras miradas y prestar nuestros oídos. Es la misma fórmula que se usa en la radio para vendernos la música que debemos consumir, los premios cinematográficos para vendernos que películas debemos ver.
Los gurús son como los tertulianos de los programas de televisión que a fuerza de presentárnoslos una y otra vez en la pantalla creemos que saben de lo que hablan y opinan, cuando evidentemente no tienen ni idea en mucho de los casos.
La influencia de estos personajes está marcada por el número de medios en los que aparecen, y las veces que son mencionados por otros personajes que desempeñan el mismo papel, o aspiran a él. Simplemente están ahí y por tanto pensamos que lo que dicen debe ser importante. Nadie cuestiona nada.
La baja calidad de muchos de los blogs, que aunque respetable es inapelable, obedece a como somos en nuestra vida. Nadie por tener un blog es Cervantes, ni Gabriel García Márquez. Así pues escribirá como lo hace en la vida real, y los temas que tratara serán los que trata el 90 % de la gente. Nada existencial sino todo bastante previsible. Somos así. En los bares no hablamos sobre el significado de la vida y la muerte, hablamos de fútbol, famosos casposos y líos de faldas.
Las imágenes que publicará serán las mismas que ve en otros blogs, como vestimos prácticamente igual según la moda. La estética en general de su blog será la de adscripción e identificación a un grupo, justo como hacemos cuando decimos que somos pijos, progues, hip hoperos, góticos, etc. Mucho del pretendido carácter personal que otorga tener un blog se diluye en eso. En definitiva hay muchísimos ejemplos más.
Así pues ¿Porqué insistir en desligar blogs y personas, pensando que la herramienta es más importante que quien la usa? ¿Porqué hablar de lo poderosa que es una herramienta solamente porque la utiliza mucha gente, si en realidad para lo que la usamos es para mostrar lo insignificante que somos?
La respuesta en mi opinión es que quien insiste en ello es probablemente porque ha hecho del uso de un medio de comunicación un negocio.
El resto son tan insoportablemente leves, como geniales