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Enrique Dans y Divinas Palabras 2.0

 

Bueno

Uno cada vez que lee un “análisis” de Enrique Dans tiene la misma sensación que si hace zapping a las 2 de la mañana en La Sexta o en Telecinco. Hoy me almuerzo con La tecnología hace que los niños escriban mejor, no peor

Lo bueno de Dans es que argumenta una cosa y la contraria sin ningún rubor, para terminar hacer la loa de costumbre a las redes sociales y lo demás (ya saben “estoy esperando tú llamada” que dirían en alguno de los programas antes mencionados a esa hora. Lo bueno para Enrique es que, si como afirma que la tecnología ayuda a los niños a escribir, en los adultos no tiene esos efectos en la lectura.

Más que nada porque si uno después dice “¿Qué lleva entonces a la abundancia de textos mal escritos, a los “hoygan” y a los desastres sintácticos que podemos ver en muchos sitios? La ampliación de la pirámide por su base, es decir, la incorporación a la escritura de personas con niveles culturales muy bajos que antes en ningún caso llegaban a expresarse por escrito.”, es decir lo contrario, hay más pero menos, o mejor pero peor. A no ser claro que el término “niños” excluya el término “nivel cultural muy bajo”, con lo que quedaría el tema como “Gracias a la tecnología los niños (ricos y pobres) escriben mejor, excepto los adultos ignorantes en los que los efectos de la tecnología son nulos porque están vacunados, y ya no hay remedio. O una versión mucho más doméstica de “Uy, ese rincón no lo miren porque la mancha del techo es del vecino. Enorme, pero del vecino”

Aunque tan cierto es el titular como si hubiéramos escrito:” Los desayunos buenos y abundantes elaborados por unos padres amorosos hacen que los niños escriban mejor, y no peor”. O “El uso diario de un bolígrafo en vez de pluma hace que los niños escriban mejor, y no peor”. O “confeccionar un sudoku hace que los niños distingan mejor los números, y no peor”

No obstante a mi me gustaría hacer una serie de anotaciones a su entrada, mitad porque soy un impresentable y mitad porque no me gustan los tele tiendas ni sus presentadores.

La primera es que empezar una entrada citando un autor de la afamada revista Wired (conocida por sus amplios artículos sobre educación, cultura, el informe Pisa, la Eso y lo que sucede en nuestras escuelas y no en las de Minnesota) siempre queda bien. Pero si uno sabe que su autor, Clive Thomson, elevado a autoridad simplemente porque escribe allí al parecer, es el mismo de joyas como Cómo Twitter crea un sexto sentido social, o Cómo Youtube cambia nuestra forma de pensar uno debería al menos alzar una ceja diciendo "¿Qué dice este?”, o WTF que dirían los geeks.

El caso es que una de los autoras de un estudio que recoge 14.000 escritos en chats y blogs y cosas así, en 5 años, es decir 7 al día (a uno por cabeza por estos investigadores), le ha llevado a decir que estamos, gracias a la tecnología,  ante una época de renacimiento literario nunca visto desde la Grecia clásica. Y se quedan tan anchos.

Es decir que los doctos investigadores leen algo una vez al día (como cualquier hijo de vecino) en la red y rápidamente deducen que la producción de los más de 1.600 millones de usuarios de la red es un nuevo renacer de las artes y las letras. Palabra de Wired. No sé qué diría Sófocles o Esquilo sobre esto pero como no tienen Twitter y tampoco Facebook mejor correr un tupido velo.

En un ejercicio de funambulismo guruceriano, el profesor acaba dando la receta para que la multitud de universitarios y equivalentes que se expresan en Tuenti y Facebook de la misma manera que mandan un currículo como aspirante a su nuevo trabajo mejoren. O un e-mail a cualquier profesional escribiendo “haber si nos vemos”, por no hablar del gravísimo problema que muestran nuestros colegiales en expresarse correctamente (ortografía aparte) se soluciona así: “Es decir, que los agoreros que tanto protestaban al ver la forma en que los niños se expresan hoy en día deberían, en realidad, preocuparse si ven que sus hijos no utilizan redes sociales, mensajería instantánea y SMS para hacerlo.”

La verdad es que a mí no me preocupa eso porque desde que se instauró el correo electrónico hace bastantes años, antes de todo esto que nos venden ahora, tenemos que escribir montones de veces al día y la verdad yo creo que mejoramos poco. Pero yo no soy de Wired, ni de Standford. Y además es innegable en el mismo periodo que a todos los internautas nos ha dado por escribir correctamente hemos visto el afloramiento de un renacer en obras cumbres de la literatura como por ejemplo, por ejemplo, ummm, “El código Da Vinci”?. Eso sí la llegada de los auto correctores ayuda a disimular, aunque como me pasa a mí y pido disculpas por ello, no siempre, pero lo intento.

Nada de ortografía, ni caligrafía, ni nada de eso. Nada sobre hacer hincapié en que la representación gráfica del pensamiento mediante la escritura es un bagaje tan importante como conservar tus dientes. Nada del refuerzo de la lectura de los clásicos en vez del Tuenti. Nada de que si pierdes unos minutos al día leyendo Moby Dick igual lo aprovechas mejor que jugar al WoW. Sienten a su niño al ordenador que solamente con eso tendrán un nuevo Cervantes o cómo diría Valle-Inclán “Divinas Palabras”.

Cosas verdes Sancho..

Postdata

Todo este rollo solamente viene a una cosa. Pueden ustedes estar de acuerdo o no en esto que les cuento, pero quizás ya es hora de empezar a distinguir entre que “el poseer” y “tener acceso” no convierte a un humano en mejor que otro si , con ello, no se hace nada útil. En más afortunado, quizás. Lo que venga después de eso es lo que pone el listón a lo grande de la tecnología, y eso no se compra/adquiere en la Fnac.

Saludos

 

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