Buenas
El reciente nombrado ministro de cultura francés Frederic Mitterrand es un efebófilo. No lo digo yo, lo dice él en su libro de memorias “La mala vida”.
El nos cuenta : "He cogido la costumbre de pagar chicos. Evidentemente, he leído lo que se ha escrito a propósito de esos chicos de Tailandia, he visto muchos reportajes, sé lo que hay de inconsciencia cuando no de avaricia en la mayor parte de las familias, las montañas de dinero que esto genera cuando los muchachos no se quedan más que las migajas, los detalles sórdidos de todo este tráfico, no dejo de pensar en eso, lo que no me impide volver. Todo ese ritual de feria de efebos, de mercado de esclavos, me excita enormemente”.
El libro fue escrito y publicado antes de que Nicolás Sarkozy lo nombrara ministro, y en el describe detalles de sus viajes sexuales a Tailandia. Ahora el buen hombre dice que le persiguen, que no hay derecho. Que no se debe confundir a un homosexual con un pederasta. Que lo que hizo él lo hizo con muchachos mayores de edad y que como les pagaba y ellos estaban de acuerdo, aquí paz y después gloria. La moral está en la cartera, y si uno puede pagar, no pasa nada. O si es “un artista” como el caso de Roman Polanski. Después de todo tener parques temáticos por el mundo donde la gente del primer mundo puede ir a a ejercer de ello a países subdesarrollados no es motivo de operación alguna, y si no pues queda el recurso de que como en casa en ningún sitio. Que se lo pregunten a Javier Rodrigo de Santos, ex-concejal del PP en Palma, condenado por dejarse casi 60.000 Euros en clubs de alternes y de abusar de efebos de 16 años. ,
Uno a veces piensa que cuando la gente habla de conspiraciones para ocultar toda esta basura porque hay gente detrás “muy gorda” quizás no sea cierto, pero si que los dichos populares tienen su razón de ser. Aquí en la blogosfera tampoco es muy diferente, pues ya se sabe que para que alguien se preocupe de todo esto el personaje debe ser un sacerdote, u obispo o de la curia romana. porque si no estará ejerciendo su libertad personal, y bla, bla, bla. Lo demás es hablar con las paredes. Por cierto ya puestos, ¿Porqué no le dan el premio Nobel de la Paz?