Esto está escrito por mi hija. Hoy., Y su padre se siente muy orgullosa de ella. Hay esperanza. Les dejo con ella
Puede que muchos no sepan de lo que hablo, otros simplemente, quieran olvidarlo. Hoy vengo a hablar del dolor. No, de ese dolor que pensáis todos no. No hablo de caerse y hacerse una herida, ni de darse un golpe en la cabeza. Hablo de algo más complicado, hablo de un dolor más fuerte, de un dolor que no puede matar, ni de lejos, pero que si puede hacer de nuestra vida algo que realmente, no se merezca llamarse vida. Hablo del dolor que te causas tu mismo, una parte de tu ser, hablo del dolor psicológico.
Sí. Hablo de ese dolor que nos entra cada vez que perdemos a alguien de valor y sabemos que jamás volverá. Hablo del dolor que sentimos cada vez que notamos que algo no ha salido mal, esa sensación que nos hace sentir desgraciados día tras día y que al final, nos mata por dentro. Yo, nunca he tenido una vida fácil y apostaría lo que sea a que la persona que está leyendo esto tampoco. Hay días en los que seguro estabas seguro de que tu existencia en el mundo no era necesaria o simplemente, has querido desaparecer sin dejar rastro alguno de tu estancia. ¿Tú también te has levantado, te has mirado en el espejo y no te has sentido suficiente? Bienvenido a mi vida.
La vida es la mayor montaña de emociones que existe, la más alta, la que tiene mayores caídas, aunque todas ellas tienen su larga subida. La tuya y la mía, solo son otras montañas rusas más que como todas, tienen su final. Nunca dejéis que otras personas marquen el camino que debéis seguir, sois libres, libres de hacer lo que queráis con ellas. ¿Queréis ir a la derecha? Vais a la derecha. ¿Queréis ir a la izquierda? Id a la izquierda. El único problema es que nunca, nunca podrás volver atrás, las decisiones que tomes ahora se quedarán grabadas para siempre. Solo te pido una cosa, querido desconocido: después de una tormenta, llega el arco-iris, un arco-iris precioso y lleno de colores al que algunos llaman por otro nombre, «felicidad».
Sí, seguro que ese nombre te suena más. A lo mejor ahora te parece imposible pero mantente fuerte, lo conseguirás. No te rindas, todos los esfuerzos valdrán la pena, cada lágrima se convertirá en mil sonrisas, solo tienes que creer que puedes pasar esa bifurcación del camino. Haced que todos los que alguna vez os dijeron que no podíais tengan una razón para miraros mal y decir: le odio, porque ese odio vendrá de la envidia y entonces sabréis de una vez que siempre habéis sido unas personas maravillosas criticadas por gente que sabía que jamás iban a ser como vosotros.
Ojalá algún día podamos estar todos juntos mirando nuestro arco-iris, sonriendo y riendo como nunca, hasta entonces, me despido luchadores.
Gracias Hija
Gracias, guapísima
Es emocionante leer unas palabras así viniendo de un hijo, sé lo que sientes, así que disfrútalo a tope, que seguro que lo haces.
Sinceramente, tras que me recomendara tu blog un gran amigo (@cveira) me he ido haciendo un concepto mental de ti. Lleva un tiempo, pero la verdad se acaba poniendo de manifiesto: Eres un gran hombre. Una persona luchadora (gracias en nombre del mundo) y con principios, que tendrá sus peros, pero que no se cierra jamás a aprender y al diálogo.
De alguien como tú… solo podía salir alguien tan especial.
Que tu hija siga creyendo en un mundo mejor, y que nunca baje la guardia.
Si alguna vez decae, avísame y convoco a mis elfos gallegos para animarla.
Un abrazo y felicidades Marcelino
#2 #3 Gracias de parte de ella 🙂
Genial, sorprende por la madurez.
Un abrazo.